Qué es mejor, ¿invertir en renta fija o variable?

Qué es mejor, ¿invertir en renta fija o variable?

Cada vez más personas deciden invertir su dinero con el objetivo de conseguir aumentar y hacer crecer su capital. Sin embargo, antes de precipitarnos y destinar recursos a una inversión concreta, debemos tener en cuenta una serie de criterios y claves que nos permitirán consolidar una buena operación. Es el caso de las inversiones de renta fija o de renta variable.

Cuando realizamos una inversión, lo que hacemos es depositar una cantidad concreta de fondos, que ponemos a disposición de terceras personas, empresas o conjuntos de accionistas, con el objetivo de incrementar nuestras ganancias en el corto y medio plazo.

En este post de W&K Financial EdTech, HUB digital enfocado en contenidos financieros, te mostramos qué es mejor, si invertir en renta fija o variable según el objetivo de tu inversión. Para profundizar más en el tema, sigue leyendo.

Qué es la renta fija

La renta fija “es un tipo de inversión formada por los activos financieros en los que el emisor está obligado a realizar pagos en una cantidad y en un periodo de tiempo establecido previamente”. Cuando hablamos de renta fija nos estamos refiriendo a emisiones de deuda u obligaciones. A su vez, un activo de renta fija también se caracteriza porque previamente ya conocemos su rentabilidad.

Pongamos un ejemplo de una inversión en renta fija: imaginemos por un momento que somos una entidad bancaria, en la cual se producen constantes solicitudes de préstamos para clientes. Una vez que nosotros, como entidad, les hemos concedido el préstamo, el cliente deberá abonar una serie de intereses periódicamente por ello. Estos intereses ya han sido determinados previamente por la entidad financiera, por lo que la rentabilidad que obtendremos por prestar ese dinero a uno de nuestros clientes, es fija.

Este tipo de renta es fija debido a que ya conocemos de antemano la cantidad que nos van a devolver en cada momento. A su vez, podemos distinguir dos tipos de renta fija, y cada una de ellas proviene de un sitio diferente:

Activos de deuda pública

Este tipo es el que está emitido por los distintos entes públicos como, por ejemplo, un país de la Unión Europea. Los activos de deuda pública se caracterizan por tener un riesgo relativamente bajo, y su rentabilidad se emplea para cálculos financieros, como pueden ser los de tasa libre de riesgo, por ejemplo. Es por esto último por lo que no podemos esperar mucha rentabilidad de este tipo de activos.

Activos de deuda privada

A diferencia de la deuda pública, la deuda privada es emitida por entidades privadas, como puede ser una empresa del sector industrial, por ejemplo. Además, dependiendo de la capacidad de solvencia que tenga el emisor, se puede exigir un mayor o menor interés, pero siempre teniendo en cuenta que no pueden presentar una solvencia inferior al Estado donde se emite.

Bonos

Los bonos pueden ser emitidos por gobiernos (entidad pública) o empresas (entidad privada) para financiar sus actividades. Estos bonos se negocian en su mayoría en las bolsas de valores, donde es el emisor el que se compromete a devolver el capital inicial además de los correspondientes intereses.

Qué es la renta variable

Entendemos por renta variable a “un tipo de inversión formada por todos aquellos activos financieros en los que la rentabilidad es desconocida. En otras palabras, ni la rentabilidad, ni la devolución del capital que invertimos, ni la rentabilidad del activo están garantizadas”. A largo plazo, la renta variable es el activo que produce los mejores rendimientos, pero al contrario que la renta fija, tiene un riesgo más elevado.

Supongamos que, como socios de una importante compañía, contamos con una parte de los beneficios de ésta, en función del capital que nos pertenece. Como es normal, nuestros beneficios como socios dependerán de los beneficios que la empresa sea capaz de generar. Esto quiere decir que invertiremos en renta variable, ya que nuestros activos no tienen vencimiento porque dependen de los beneficios que nuestra compañía obtenga en el tiempo.

Podemos encontrar distintos activos de renta variable, y a continuación vamos a señalar algunos de los más importantes:

Acciones

Cuando un inversor compra una serie de acciones, lo que está consiguiendo es convertirse en propietario de una parte de la compañía donde espera obtener una serie de rendimientos mediante la percepción de dividendos o la venta de sus acciones a otros inversores.

Divisas

Cuando hacemos referencia a comprar o vender divisas, estamos hablando de invertir en activos con riesgo. Esto se debe a que el inversor puede obtener una ganancia variable cuando compra o vende las divisas.

¿Invertir en renta fija o en renta variable?

Antes de escoger y elegir dónde debemos invertir, es importante que nos hagamos la siguiente pregunta: ¿qué riesgo estoy dispuesto a asumir?

Decidir entre renta fija o renta variable va a depender del riesgo que queramos asumir con una inversión y de nuestro perfil de inversor. No es lo mismo que nos decantemos por invertir en renta fija cuando somos conservadores y lo que queremos es asegurar nuestro dinero y no tener pérdidas, que invertir en renta variable y ser más arriesgados, cuando diversificamos nuestro dinero en varias compañías, por ejemplo.

Entre renta fija y renta variable, podemos decir que la primera inversión es la más cómoda y mediante la que vamos a recibir beneficios en un plazo determinado además de recuperar el desembolso inicial. Aunque cabe destacar que una inversión en renta variable, siempre que se haya realizado una buena selección de la empresa en la que invertimos, nos permitirá ganar de manera continuada y a largo plazo a la inflación, sobre todo si nos fijamos en los índices bursátiles.

En definitiva, dependiendo de nuestras necesidades a la hora de invertir, en cuanto a rentabilidad y riesgo, ambas inversiones se complementan la una a la otra para elaborar y crear una cartera equilibrada.

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