¿Puede el agua llegar a convertirse en un valor similar al petróleo o a otras materias primas? Lo cierto es que es complicado imaginar un recurso vital como el agua cotizando en los mercados y siendo objeto de exportaciones a granel.

Sin embargo los recursos hídricos son cada día más escasos y asistimos a procesos graves de desertización que están siendo propiciados por el cambio climático. Aun así, asombran los pocos datos disponibles internacionalmente.

La importación de recursos hídricos

Que el agua es un bien vital no hace falta que lo demostremos. Basta saber que el cuerpo humano es en un 60 % agua en la edad adulta y en un 80 % al nacer.

Que es un bien cada día más escaso lo podemos empezar a notar en los campos y en las ciudades y que es un importantísimo motor económico lo verificamos en los controvertidos trasvases entre cuencas hidrográficas en España.

Este tipo de actuaciones son imposibles de llevarse a cabo entre continentes de momento. Sin embargo, los países que ancestralmente tienen una sólida cultura forjada en la escasez del agua y en su aprecio no han tardado en ingeniárselas para aprovechar estos recursos fuera de sus fronteras.

El Caso de Arabia Saudí y la alfalfa del pueblo de Blythe

Arabia Saudí tiene prohibidos ciertos cultivos como la alfalfa por necesitar de un riego continuo. Sin embargo, en pleno desierto californiano el pueblo de Blythe explota ilimitadamente las aguas del rio Colorado para su cultivo intensivo de alfalfa.

Alamari, el grupo saudí, es una de las mayores empresas de alimentación con 93.000 cabezas de ganado. A través de su filial Fondomonte Farms empezó a comprar la alfalfa de Blythe. Hoy posee el 16 % de las explotaciones de alfalfa de dicha población.

Aunque no importa directamente el agua si invierte en recursos que necesita y que en su país no puede producir por su escasez.

El auge de las aguas puras

Más fácilmente podemos observar el ascenso de las aguas puras embotelladas y comercializadas. Esta moda que viene de Japón y de los países árabes ha convertido algunas aguas en productos de lujo.

La botella más cara que se ha vendido en la historia alcanzó los 834.000 euros en 2017. Hay que decir que el envase era de oro y diamantes, pero tenemos aguas en los supermercados como Voss con precios de 10 euros el litro y otras muchas que se caracterizan por sus elementos en suspensión que les dotan de propiedades y matices especiales. Su precio puede oscilar entre los 5 y los 25 euros el litro.

Hoy son las energías renovables el nuevo modelo de inversiones o el agua la que aporte liquidez a los mercados futuros. El objetivo de un asesor financiero acreditado está también en detectar las oportunidades de negocio y saber aprovecharlas.